Nos gustaría poder decir que fuimos invitados, pero no, no cayó esa breva. Algún día les daremos sopas con hondas a Eurogamer, IGN, Meristation, Destructoid… incluso a mi ilustre tocayo y a Mondopíxel, pero de momento ese día no ha llegado. Así que no vamos a decir que Retrobits estuvo cubriendo el evento como “medio” (aún somos cuarto y mitad, como mucho). Digamos más bien que Dricas, Bellatrix y yo fuimos a RetroMadrid a título personal: miramos un poco al tendido, nos llevemos crudos unos cuantos juegos viejunos, estuvimos a punto de negociar la adquisición de un par de Super NES, lo flipamos un poco con los expositores… y poco más. Aún así, me siento obligado a escribir una pequeña “crónica”, a pesar de que no era, ni mucho menos, mi intención inicial. No pretende, por tanto, ser nada exhaustiva y además estará trufada de impresiones muy personales, pero aquí queda.
¿Y ehto qué eh lo que eh?
Pongámonos en antecedentes: la Asociación de Usuarios de Informática Clásica (AUIC) tiene a bien, cada año desde 1995, celebrar una feria dedicada al mundo de la retroinformática. Originalmente era una feria dedicada al mundo de los ordenadores MSX y tenía el nombre de MadridSX, pero con el paso de los años se fue diversificando (y cambiando de nombre: de MadridSX & Retro a RetroMadrid) hasta ser lo que es hoy: una feria dedicada a la informática clásica con una especial atención a los videojuegos. Y, como soy idiota, este es el primer año que voy.
Lo que viene a ser el principio
Este año el evento se celebró el pasado 14 de Marzo en el Centro Cultural El Greco, en Madrid, en una calle homónima del madrileño barrio de Batán, a pesar de lo que diga el GPS de Dricas, que se empeñó en llevarnos a -¡sorpresa!- otra calle dedicada al señor Theotokópulos en Ciudad Universitaria, a unos cuantos kilómetros de allí. Ya es mala leche. Dimos un paseíto antes de poder encontrar el sitio, dado que, por extraño que parezca, no había ni un alma por la calle, por lo que no pudimos recurrir a la vieja e infalible táctica de «sigue al friki», que tan buenos resultados nos dio en la presentación de Afro Samurai. Una vez encontramos el sitio, señalizado por una pancarta tamaño sábana, Bellatrix y yo sacamos nuestras cámaras fotográficas y Dricas, su machete africano para abrirnos camino.
Y es que mucha era la gente y poco el espacio: la organización admite que hubo 1100 asistentes. Eso es MUCHA gente, y me parece bastante probable que todas esas mil cien almas (cada una dentro de su cuerpo, ese es el problema) estuvieran allí a la vez, y no de forma escalonada, a juzgar por la aglomeración de gente que había. Añadamos a esto el hecho de que dicho centro cultural no es lo que se dice muy grande, y ya la tenemos liada. Desde luego, eso sí, todo un éxito de público.
Nuestra primera parada fue el rastrillo retro, o sea, el mercadillo que había en una especie de cuartito de conserjería (no es broma). Ni que decir tengo que era, en un principio, la actividad del evento a la que más ganas tenía. Creo que nos costó treinta minutos de reloj hacernos camino entre la multitud para acercarme a un mostrador, cotillear un poco y llevarnos algo puesto. Dricas se permitió incluso tener una animada charla con uno de los expositores-vendedores mientras Bellatrix y yo revolvíamos entre las existencias como marujas en el Zara.
Además de lo que se puede ver en la foto, allí estaban también la gente de Octocom, presentando sus novedosas creaciones para Spectrum (no es broma): Isotopia e Insert Coin II, el último de los cuales podíamos ver (y jugar) en dos sorprendentemente bien conservados ZX Spectrum +2 128k, uno de ellos con unidad de disquette (la primera vez que veo uno así). Aquello era digno de verse, y fui MUY tonto por no haber fotografiado aquello (confío en que Bellatrix al menos sí lo hiciera).
Cuando al fin yo me llevé lo mío (ya hablaré de eso más adelante) pasamos al salón de actos, donde estaban las exposiciones y se celebraron las distintas actividades. Nada más entrar, nos recibió algo que nos emocionó enormemente:
Sí, en el stand de ViejuNET (si mal no recuerdo) había un Amstrad PC1512 (un compatible IBM; nada que ver con los CPC, ojo) en el que tenían corriendo nada menos que La Abadía del Crimen, uno de los mayores clásicos del videojuego made in Spain. «Esto promete», pensé. Y a lo mejor es porque soy fácil de contentar, pero sí, la experiencia no estuvo nada mal, pero vayamos por partes.
Lo que viene a ser el evento en sí
En ese mismo estand teníamos algo no menos impresionante: un fragmento de la película Matrix reproduciéndose en un PC de los 80 con un monitor de fósforo, sin saltos de framerate y con una calidad más que aceptable, gracias a un codec desarrollado por ellos mismos. El vídeo se ejecutaba en dicho PC mientras que el sonido lo hacía desde la unidad CD-ROM de un portátil que habia justo al lado (véase la foto), con ambas máquinas sincronizadas mediante un protocolo cuyo nombre ahora mismo no recuerdo (es que soy de letras).
Pero lo que de verdad me encandiló de RetroMadrid fue algo que había en el stand que había justo al lado, el de Konamito. Me refiero a esto de aquí:
¿Que qué es eso? Yo también desconocía su existencia hasta ahora, pero una chica y un chico muy majos que estaban allí, al ver mi cara de asombro, juzgaron necesario explicármelo. Se trata de One Chip MSX. Básicamente se trata de un MSX con su slot para cartuchos, pero miniaturizado y «consolizado»: una carcasa de lo más simple, salida de audio y vídeo, dos puertos USB, un slot para tarjetas SD/MMC, dos puertos DE-9 para conectar sendos joysticks, la consabida ranura de cartuchos originales MSX, y a correr. No sé vosotros, pero yo me he marcado como objetivo vital tener uno de estos. Desgraciadamente, parece ser que, según este mismo señor que me explicó qué era este juguetito, el fabricante de momento ha detenido la producción del One Chip MSX y que, debido a ello, aunque él consiguió el suyo por 150 € con gastos de envío incluidos (en mi modesta opinión, gran ganga, gran ganga), ahora es difícil encontrar alguno por menos de 250 €. Recemos por que vuelva a haber stock suficiente como para que bajen los precios.
Luego nos dimos una vuelta por los stands de Time Invaders y de la recientemente extinta Marcianitos. Los primeros presentaban Attack of the Mutant Fruits, un videojuego multiplataforma (Linux / MacOS / Windows) de creación propia, que mostraban al público corriendo en en una ingeniosa cabinet de recreativa de fabricación casera. Los segundos, además de sortear en una rifa a dos eurillos la papeleta una auténtica y genuina recreativa (con el mítico Pang!, al que Dricas -creo- no pudo evitar echarse unas partidillas), tenían expuestas dos auténticas joyazas: la primera, un mueble original de Space Invaders, con su papel tapiz lunar y todo, y la segunda, una Neo Geo MVS «desnuda» con el genial Last Blade, al que además podías jugar… si conseguías despegar a los niños que estaban allí amorrados todo el santo día (Señor, qué cruz). Aquí las fotos:
Justo después nos dimos una vuelta por el stand de IberDC / Dreamcast.ES, donde pudimos pudimos admirar una Treamcast y disfrutar de unas partidillas al grandioso Tyrian 2000 portado a la última consola de Sega. Costó lo suyo despegarme de aquella consola, os lo aseguro. La foto de rigor:
Tras esquivar varias veces a una reportera dicharachera del programa Insert Coin de la cadena de televisión AXN, dimos con nuestros huesos en un stand que tenía una exposición dedicada a la familia CPC de Amstrad, incluida la GX4000 de mis entretelas. La visión de todos aquellos ordenadores juntos era realmente impresionante, sobre todo para quienes en su día no tuvimos pasta para comprarnos uno (eran caros de cojones).
Los responsables de esta exposición eran el Grupo de Usuarios de Amstrad, quienes además lucían en su stand un sencillo kit de desarrollo de aplicaciones y juegos para CPC. Foto:
Aunque en la foto, por su pésima calidad, no se aprecia bien, el ordenador tiene una ranura para tarjetas Compact Flash (pensaba que sólo los routers CISCO las usaban, a estas alturas). En este caso concreto, tenía una tarjeta de 256 MB, lo que casi daría para almacenar la mitad del catálogo de juegos de CPC. Vaaaale, es broooooma, no me peguéis mucho.
Uno de los grandes eventos que anunciaba la organización era una exposición de ordenadores Apple, así como una conferencia sobre la historia de los mismos. Aquí fue donde Dricas y Bellatrix disfrutaron como enanos, ya que junto con algunos de los primeros computadores de la manzanita se exponían paquetes de software en su embalaje original, tales como Photoshop 2.0 (que costaba entonces sus dos mil pesetas; ya podría ser así de barato ahora) o la primerísima versión de Adobe Illustrator.
Lo que viene a ser el pescao vendío
Y la verdad es que la cosa podría haber dado más de sí, ya que había más actividades programadas para la tarde, pero todos teníamos cosas que hacer, así que nos fuimos a comer y luego cada mochuelo a su olivo. Eso sí, tuve algo de tiempo para dar, después de la comida, un pequeño repaso a mis adquisiciones en el rastrillo, que paso a exhibir impúdicamente:
Y hasta aquí nos cundió RetroMadrid 2009. Eso sí, el año que viene queremos más, así que intentaremos ir con más calma, estar más tiempo y darle al evento una cobertura en condiciones. No me suelen gustar estos saraos multitudinarios, pero desde luego que este podría ser la excepción que confirma la regla. Es sólo una opinión personal, claro.
Nos leemos.
«por lo que no pudimos recurrir a la vieja e infalible táctica de “sigue al friki”, que tan buenos resultados nos dio en la presentación de Afro Samurai.» -> Frase épica.
«Y sí, las piernecillas que hay al fondo son las de la reportera en cuestión.» -> Lo sabía! Sabía que le habías hecho una foto a la reportera! You are my hero! Por cierto, lo he puesto en mi artículo: la chica fué medalla de oro en Atlanta 96 de Gimnasia! ya leeras, ya… que por cierto, deberíamos haberla entrevistado nosotros a ella para RB!
Creo que tengo la foto del Spectrum de diskette, la pondré en el mio 😉
¿Vas a escribir tu propio PoV sobre esto? Vale, pero no me pises el mío. Y la fotografía fue totalmente involuntaria.
Muy buen reportaje. ¡Qué envidia! Parece mentira con lo grande que es Nueva York y que no haya aquí eventos como éste. Hay buenas tiendas para comprar juegos retro, eso sí, pero la pasión por lo antiguo que se ve en Retro Madrid parece ser más una cosa europea. Lo digo porque los británicos también aprecian bastante estas cosas (como deberían).
Daniel: te cambio una semana en Nueva York por una mañana en RetroMadrid XD
Nos lo pasamos en grande! El año que viene repetimos! 😀
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