Moonwalker – Homenaje a Michael Jackson

No es que yo sea un fan acérrimo de Michael Joseph Jackson, de hecho dudo que el 95% de la población se hubiera enterado de su muerte de no ser por los medios de desinformación. A pesar de eso hay que reseñar que es de los pocos cantantes (por no decir el único) que han protagonizado su propio videojuego. En su dia hubo ciertos «juegos» para Mega-CD en los que aparecian INXS, o similares, pero no tenían ni un ápice de «arcade» en su jugabilidad.

Todo viene de la película «Moonwalker», del año 1988. La película consistía grosso modo en una serie de «clips» del cantante, en los que se mezclaba su biografía hasta el momento, videos parodiando sus propios videos, hasta incluso adoptar el rol de un… digamos… «curioso» gangster que lucha contra otros gangster mientras ayuda a un grupo de niños (ejem) llegando a convertirse incluso en un Lancia Stratos 0. Si, «extraño» es poco decir (y eso que no os he contado la parte en la que se convierte en Sylvester Stallone…).

A raiz de la película de marras surgió el videojuego, Michael Jackson’s Moonwalker. Aunque debería decir LOS videojuegos…

La historia era (más o menos) común a todos las versiones y versaba básicamente sobre la parte de la película en la que M.J. era un gangster bueno el cual debía moverse pantalla tras pantalla, rescatando niños (ejem) y acabando con los enemigos y jefes finales de turno. Corría el año 1990 cuando en las salas de juegos aparecía el juego-antes-mencionado. La versión arcade era un beat-em ‘up al uso, en perspectiva isométrica, en el cual podían participar hasta tres jugadores simultaneamente (siempre y cuando a la placa del juego no se le acabase la pila, momento en el que aquello decía «Adios muy buenas» y no se podía jugar más).

En cuanto a las ayudas «curiosas» del juego nos encontrabamos con Burbujas (Bubbles) el chimpacé mascota de M.J., el cual transformaba a Michael en un robot (!) capaz de disparar una suerte de rayos láser con los que aniquilar más fácilmente a los enemigos. Flipa. Dentro video… ojo al chimpancé, al grito de M.J. y a los «Maikol!» de los niños (ejem)

Las versiones caseras mezclaban, además del beat-em ‘up un poco de «plataformeo básico». De hecho estas versiones eran en dos dimensiones, alejandose del modelo isométrico de la versión arcade. Se mantenían los enemigos, la trama… y algo que cambiaba eran los niños (ejem) a salvar. En la versión arcade cada niño tenia su «sprite» diferente, e incluso variaban las voces; en las versiones caseras el «sprite» siempre era el mismo, una niña (ejem) rubia, de nombre Katie (creo que no va a ser Katy Perry, por que esta última es morena…)

Hubo juego para la Genesis/Mega Drive y para la Master System. Obviamente en la Genesis/Mega Drive lucía infinitamente mejor, con los «Maicols» digitalizados, músicas MUY logradas (no olvideis que estamos hablando de un juego de más de VEINTE años), movimientos, etc… en cuanto a jugabilidad y desarrollo, los mismos. M.J. podía marcarse bailes para derrotar a los enemigos, dar patadas a sillas, usar su sombrero como arma arrojadiza y mover la pelvis de modo poco ortodoxo, todo ello con una animación claramente superior a la que se podía ver en el arcade. Eso si, en este caso Bubbles el chimpancé no te convertía en robot, si no que simplemente te indicaba hacia dónde estaba el jefe fin de fase (si, yo también prefiero que me convierta en robot super-destructor a que simplemente señale con el dedo, pero es lo que hay).

Hablando de convertirse… en la versión de consola tenías que rescatar a cierta «Katie» antes que las demás y coger un cometa que caia del cielo (¿?) para poder convertirte en el super-robot. La última pantalla del juego en Genesis/Mega Drive consistía en un simulador de naves espaciales en primera persona (¿!?). La cosa no puede ponerse más bizarra… primero el video de la versión Genesis/Mega Drive, después el de Master System.

Decir que M.J. también aparece en el juego Space Channel 5 (del que se habló aqui) haciendo un cameo cómo bailarín y promocionando dicho juego. Del mismo hay un juego japonés en el cual, en una de sus versiones, atravesabas un cementerio en el que un montón de zombies aparecían bailando al son de «Thriller» (si alguien se acuerda de que juego hablo, por favor, que me lo diga!)

En fin, sirva este artículo como homenaje a ese grandísimo artista. Grandísimo no por que yo lo diga o lo crea… ya me direis vosotros cómo se puede hacer una fortuna de más de 500 millones de dólares no siendo bueno en lo que haces. Eso si, siempre quedarán los que le recordarán por «aclararse la piel para ser blanco» , que serán los mismos que en la vida habrán escuchado qué es el vitíligo y cómo parte del tratamiento consiste en aclarar (despigmentar) la piel del enfermo. Otros quizás tengan más en mente aquel vergonzoso momento en el que asomó a su bebé por el balcón de la habitación de su hotel… sea cómo fuere, está claro que los ochenta no habrían sido lo mismo sin él, por extensión mi infancia y la de otros muchos tampoco habría sido igual, y que aunque haya fallecido, Michael tenía toda la razón cuando dijo:

«A través de mi música, sé que viviré para siempre.«

Que asi sea.